La familia y amistades queridas se unen
para rezar y cantarle a la Virgen
antes de ser coronada.
En nuestros rostros la fé y devoción
se reflejan mientras la música de una guitarra
guía nuestros cánticos.
Poco a poco una sensación de paz y amor
nos cubre a todos.
Sin embargo para algunos el estar entre hojitas,
flores y tantos adultos consentidores juntos
es motivo para jugar y sonreír incansablemente.
Cuánto habrá complacido a la Virgen
la presencia de tantos pequeños.
La joven que toca su guitarra piensa que
la acústica es deficiente.
No es así, pues los presentes
no sólo nos sentimos conmovidos por su voz
y melodías sino que también escuchamos
con asombro el coro de ranas y grillos
que desde el bosque se eleva.
Este día también el Bosque Nublado
le canta a su Virgen protectora.
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