Bajando hacia el Jardín de Hierbas en el lado izquierdo del camino
hay unos arbustos de Tibouchina lepidota.
Observo las hermosas flores de un color entre
morado y violeta y no puedo dejar de pensar
en lo generosa que es nuestra Naturaleza
que nos brinda regalos como estos, pidiéndonos sólo
a cambio un poco de respeto y dedicación a conservarla.
hay unos arbustos de Tibouchina lepidota.
Observo las hermosas flores de un color entre
morado y violeta y no puedo dejar de pensar
en lo generosa que es nuestra Naturaleza
que nos brinda regalos como estos, pidiéndonos sólo
a cambio un poco de respeto y dedicación a conservarla.
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